Cronopio y adiós

De Cortázar por Nosotros
Revisión a fecha de 19:17 1 dic 2014; Nicolás Loyarte (Discusión | contribuciones)

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar

Un cronopio se mete adentro de una caja virtual disfrazado de letritas negras y electrónicas. Un fama observa el movimiento del cronopio y comenta a otro fama algo menor que él que el cronopio ya no es un cronopio.

Mientras tanto nuestro cronopio continúa desafiando al crono y al espacio en su cajita virtual, al tiempo que un hombre de pelo colorado con un guante negro en su mano derecha que abraza una guía del cementerio de Montparnasse deposita una piedrita con su mano izquierda desnuda sobre la tumba del Gran Cronopio -al que Osita llamó Lobo durante el viaje de los Autonautas por la Cosmopista-, y le transmite un mensaje enviado por el autor de Noctéglicos, que fue encapsulado en su memoria desde el otro lado del océano. Mensaje que el Gran Cronopio no escuchará jamás desde el otro lado del mármol de su caja no virtual.

El cronopio conoce su feliz inutilidad y jamás se preocupará por los chimentos y preocupaciones de los famas. El Gran Cronopio sonríe igual que su amigo disfrazado de lápida. Colo cumple su promesa y se regocija. El autor de Noctéglicos siente satisfacción y se despide del blog que escribió por última vez, a dos tintas, con su cronopio amigo que pinta letras en esta cajita virtual.

Última publicación del blog Noctéglicos, en El Litoral.com--Nicolás Loyarte (discusión) 19:17 1 dic 2014 (ART)