Diferencia entre revisiones de «Instrucciones para amar»

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Ahora es el momento de mirar otro loco. Ese que recién ignoraste, porque hablaba sólo, sentado en una silla, ahora tiene algo en común con vos. Acercá tu silla, sentate frente a él ¡No te olvides de hablar! Y miralo mientras lo hacés, eso es de buena educación. Mirá, hablá. En algún momento van a estar hablando los dos solos, pero los dos juntos. Miralo, hablale. Ahora que están hablando juntos, podés decir que son dos. Pero todavía no es amor. Para eso es necesario establecer una condición de imposible, de falsación. No te lo dije antes porque no tenía sentido, pero creo que ya ha quedado claro, y se hace necesario. Para que este amor sea válido, debe ser científico. Y siguiendo a Karl Popper, la condición de ciencia es su refutabilidad. Por eso es preciso que elijas un '''imposible como condición de amor'''. Te recomiendo que uses un "''hasta que''", el más popular sigue siendo "''Hasta que la muerte''", pero acá podés inventar el tuyo propio. "''Hasta que la plata''", "''Hasta que tu idiotez''", "''Hasta que se acabe''", "''Hasta que engorde''", etc. La oferta de imposibles es enorme, todo depende de vos. Y del otro loco, un poco.
 
Ahora es el momento de mirar otro loco. Ese que recién ignoraste, porque hablaba sólo, sentado en una silla, ahora tiene algo en común con vos. Acercá tu silla, sentate frente a él ¡No te olvides de hablar! Y miralo mientras lo hacés, eso es de buena educación. Mirá, hablá. En algún momento van a estar hablando los dos solos, pero los dos juntos. Miralo, hablale. Ahora que están hablando juntos, podés decir que son dos. Pero todavía no es amor. Para eso es necesario establecer una condición de imposible, de falsación. No te lo dije antes porque no tenía sentido, pero creo que ya ha quedado claro, y se hace necesario. Para que este amor sea válido, debe ser científico. Y siguiendo a Karl Popper, la condición de ciencia es su refutabilidad. Por eso es preciso que elijas un '''imposible como condición de amor'''. Te recomiendo que uses un "''hasta que''", el más popular sigue siendo "''Hasta que la muerte''", pero acá podés inventar el tuyo propio. "''Hasta que la plata''", "''Hasta que tu idiotez''", "''Hasta que se acabe''", "''Hasta que engorde''", etc. La oferta de imposibles es enorme, todo depende de vos. Y del otro loco, un poco.
  
Una vez hayas decidido tu "''hasta que''", buscá formas de medir tu amor para contrastarlo con el mundo real. Ponele un límite contable. Ya podés hablar de amor. Podés decir: "''Te amo hasta el cielo''" y esperar una respuesta que te duplique esa distancia, algo así como un "''y yo hasta el espacio exterior''", a lo que podés replicar "''Y yo te amo hasta el espacio interior''". Jugá con las distancias, los tiempos, los colores, los sabores, los olores. Dejáte engañar por esa competencia de declaraciones y caricias. Ahora no sólo tenés un amor, sino uno medible entre infinitos. Con límites y todo '''¡Felicidades!'''
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Una vez hayas decidido tu "''hasta que''", buscá formas de medir esto que tenés para contrastarlo con el mundo real. Ponele un límite contable. Ya podés hablar de amor. Podés decir: "''Te amo hasta el cielo''" y esperar una respuesta que te duplique esa distancia, algo así como un "''y yo hasta el espacio exterior''", a lo que podés replicar "''Y yo te amo hasta el espacio interior''". Jugá con las distancias, los tiempos, los colores, los sabores, los olores. Dejate engañar por esa competencia de declaraciones y caricias. Ahora no sólo tenés un amor, sino uno medible entre infinitos. Con límites y todo '''¡Felicidades!'''
  
  
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'''''Pará. Pará un segundo.''''' Estás demasiado agitado. Respirá un par de veces. No podés seguir así, te vas a matar. Tragá saliva, apoyá tus manos en tus rodillas y volvé a mirar dónde quedó tu silla. Ahora que te calmaste y te quedaste quieto, miralo al otro. ¿Qué hace? ¿Por qué corre así? ¿Quién es? Está loco, a los gritos, llorando ¿Qué le pasa? ¿Dónde está la silla? No podés tomarlo en serio. No tiene sentido lo que dice. Mirá lo que está haciendo ahora. Grita, llora, patalea. Detrás de él está la silla, ¿la ves? No está ocupada. No hay nadie. Sentáte. Más allá está la otra. Ahora que se fue el loco se ve claramente. ¿La viste? Está vacía. Sí. '''Vacia.''' '''''Sentate derecho. Sentite bien.'''''
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'''''Pará. Pará un segundo.''''' Estás demasiado agitado. Respirá un par de veces. No podés seguir así, te vas a matar. Tragá saliva, apoyá tus manos en tus rodillas y volvé a mirar dónde quedó tu silla. Ahora que te calmaste y te quedaste quieto, miralo al otro. ¿Qué hace? ¿Por qué corre así? ¿Quién es? Está loco, a los gritos, llorando ¿Qué le pasa? ¿Dónde está la silla? No podés tomarlo en serio. No tiene sentido lo que dice. Mirá lo que está haciendo ahora. Grita, llora, patalea. Detrás de él está la silla, ¿la ves? No está ocupada. No hay nadie. Sentáte. Más allá está la otra. Ahora que se fue el loco se ve claramente. ¿La viste? Está vacía. Sí. '''Vacia.''' '''''Sentate derecho. Sentite bien. Sentite derecho.''''' Respirá hondo. El loco se fue. La silla sigue vacía, como siempre estuvo. ¿Disfrutaste la experiencia? Podés empezar de nuevo. Tal vez la próxima resulte.
  
  
  
 
--[[Usuario:ChimeraTato|Gonzalo S. Prado]] ([[Usuario discusión:ChimeraTato|discusión]]) 08:31 29 sep 2014 (ART)
 
--[[Usuario:ChimeraTato|Gonzalo S. Prado]] ([[Usuario discusión:ChimeraTato|discusión]]) 08:31 29 sep 2014 (ART)

Última revisión de 03:04 16 nov 2016

Sentate.

Siempre fue condición para empezar con instrucciones estar sentado.

- "Tomen asiento. Sentate. Sentate bien. Sentate derecho".-

Nunca tuvo mucho sentido, pero si vamos al caso, tampoco las instrucciones.

Ahora Sentate. Vamos a empezar.

Sentate. Sentite...

La “a” y la “i”, después de todo, no son tan diferentes. Podés comprobarlo, decilas en voz alta: "a, i". Escuchate tranquilo: "a, i". Sin miedo, nadie te escucha. "a, i" Bien, seguí así. "a, i". Para ayudarte, extendé tu dedo índice hacia el techo, con el codo doblado, mientras decís "a". Ahora enderezá el brazo lentamente, con el dedo erguido todo el tiempo y mientras desciende tu mano decí: "i". No seas tímido, nadie te está mirando.

"a", con el dedo arriba... "i" bajando.

¡Bien! Así, repetilo un par de veces: "a, i". ¿Lo escuchás? En tu sonrisa veo que te diste cuenta. "Ahí". Si, ahí. Ahí donde señalás, hay un vacío. Ese es un comienzo, pero no cualquiera. Es el único comienzo posible: “Un vacío”.

Un vacío, ahí. Ya lo dijiste. Te adelantaste un paso en eso. Hablando sólo como un loco. Pero no te asustes, no estás más loco que cualquier otro. Para estar más cómodo, buscá una silla, ponela frente tuyo. Ahora no le vas a estar hablando a la nada, ahora hay una silla. Decilo un par de veces más. No te olvides del dedo. Te vas a dar cuenta que sigue vacía. ¿Ves que no es lo mismo hablar sólo, que hablarle a una silla vacía? Y como sabe cualquiera que haya ido a un teatro o congreso, ante la pregunta errónea "¿Esa silla está vacía?", la respuesta correcta (y correctiva), es "No hay nadie." A menos que esté ocupada, pero ese no es tu caso. En esa silla, ahí, no hay nadie.

Ya hiciste un progreso, ahora no hay nadie. Lo siguiente es buscar a alguien que pueda estar ahí. Buscalo por un rato con paciencia. Tranquilo, no lo vas a encontrar pronto. Mientras lo buscás, imaginá cómo podría ser: su tipo de pelo, su altura, su ropa, su cara. Algunos detalles: Cómo mueve sus pies la caminar, cómo habla, cuánto levanta el codo para servir el café, cómo es el ruido de su estornudo… Transformá al nadie que no está ahí, en alguien que podría estar.

Tenés que buscarlo con paciencia, pero no mucha. Después de todo, no lo vas a encontrar. Es sólo un alguien para estar sólo, imaginario. Lo siguiente es perder la esperanza, cansarse de buscar, pero seguir hablando sólo, a alguien que no está. Ya estás en condiciones de enamorarte. Seguí hablando sólo como loco sin esperanza.


Ahora es el momento de mirar otro loco. Ese que recién ignoraste, porque hablaba sólo, sentado en una silla, ahora tiene algo en común con vos. Acercá tu silla, sentate frente a él ¡No te olvides de hablar! Y miralo mientras lo hacés, eso es de buena educación. Mirá, hablá. En algún momento van a estar hablando los dos solos, pero los dos juntos. Miralo, hablale. Ahora que están hablando juntos, podés decir que son dos. Pero todavía no es amor. Para eso es necesario establecer una condición de imposible, de falsación. No te lo dije antes porque no tenía sentido, pero creo que ya ha quedado claro, y se hace necesario. Para que este amor sea válido, debe ser científico. Y siguiendo a Karl Popper, la condición de ciencia es su refutabilidad. Por eso es preciso que elijas un imposible como condición de amor. Te recomiendo que uses un "hasta que", el más popular sigue siendo "Hasta que la muerte", pero acá podés inventar el tuyo propio. "Hasta que la plata", "Hasta que tu idiotez", "Hasta que se acabe", "Hasta que engorde", etc. La oferta de imposibles es enorme, todo depende de vos. Y del otro loco, un poco.

Una vez hayas decidido tu "hasta que", buscá formas de medir esto que tenés para contrastarlo con el mundo real. Ponele un límite contable. Ya podés hablar de amor. Podés decir: "Te amo hasta el cielo" y esperar una respuesta que te duplique esa distancia, algo así como un "y yo hasta el espacio exterior", a lo que podés replicar "Y yo te amo hasta el espacio interior". Jugá con las distancias, los tiempos, los colores, los sabores, los olores. Dejate engañar por esa competencia de declaraciones y caricias. Ahora no sólo tenés un amor, sino uno medible entre infinitos. Con límites y todo ¡Felicidades!


A tu amor medible, vivilo desesperado. Desesperando hacia el límite. Empujando el borde, pasando la frontera una y otra vez. De ida y vuelta. No lo dejes cerrarse en sí mismo. Corré, metete, salí, gritá, revolcate, llorá, transpirá, saltá y volvé a meterte en un remolino frenético de risas, placer y caricias. Explotalo al máximo, sin treguas.


Pará. Pará un segundo. Estás demasiado agitado. Respirá un par de veces. No podés seguir así, te vas a matar. Tragá saliva, apoyá tus manos en tus rodillas y volvé a mirar dónde quedó tu silla. Ahora que te calmaste y te quedaste quieto, miralo al otro. ¿Qué hace? ¿Por qué corre así? ¿Quién es? Está loco, a los gritos, llorando ¿Qué le pasa? ¿Dónde está la silla? No podés tomarlo en serio. No tiene sentido lo que dice. Mirá lo que está haciendo ahora. Grita, llora, patalea. Detrás de él está la silla, ¿la ves? No está ocupada. No hay nadie. Sentáte. Más allá está la otra. Ahora que se fue el loco se ve claramente. ¿La viste? Está vacía. Sí. Vacia. Sentate derecho. Sentite bien. Sentite derecho. Respirá hondo. El loco se fue. La silla sigue vacía, como siempre estuvo. ¿Disfrutaste la experiencia? Podés empezar de nuevo. Tal vez la próxima resulte.


--Gonzalo S. Prado (discusión) 08:31 29 sep 2014 (ART)